viernes, 12 de noviembre de 2010

Mahler: discografía esencial. Sinfonía Nº 4 (4/4)


Mahler: discografía esencial
Sinfonía Nº 4

Parte 4

(Ver Parte 1, Parte 2 y Parte 3)


Tilson Thomas, entre la inocencia y la sofisticación
El estadounidense Michael Tilson Thomas, señalado a veces (por ese afán de encontrar epígonos de los hombres que marcaron épocas), como «el nuevo Leonard Bernstein», es uno de los directores que contemporáneos que han grabado su integral de las obras de Mahler junto a la orquesta de la que son titulares. En este caso hablamos de la San Francisco Symphony, agrupación ubicable, probablemente, en una «segunda línea» entre los organismos sinfónicos de los EEUU, pero que sin duda muestra, al menos en estas grabaciones, un nivel que nada tiene que envidiar a sus compatriotas de «primera línea».
En el caso de la Cuarta (SFS, 2003), Tilson Thomas consigue con ella uno de los mejores discos del ciclo, junto al de la Séptima, combinando en su versión el ambiente naïf de la obra con un complejo refinamiento. La soprano elegida, Laura Claycomb, aprovecha su coloratura para, con versatilidad, adecuarse al enfoque de Tilson Thomas, consiguiendo también tanta candidez como elegancia.


Zinman: detrás de lo aparente
Como Tilson Thomas, y aunque sea bastante más veterano que él, el también estadounidense David Zinman grabó su integral mahleriana, al mando de su orquesta, la Tonhalle Orchester Zürich (Suiza). Con ella consiguió uno de los más sorprendentes y aplaudidos ciclos de sinfonías de Mahler, justo en los tiempos en que arrecian las buenas versiones, tanto de los clásicos como de los nuevos directores que graban las suyas.
La Cuarta de Mahler es, para este director a veces considerado, livianamente, como «objetivista», un interesante punto de inflexión en su ciclo. Zinman tiene entre sus preferidas a esta Sinfonía Nº 4, y su lectura es una muestra de aquello que un crítico anotó sobre sus versiones: una «tercera vía», un punto de equilibrio entre el objetivismo (encarnado supuestamente en un Boulez, un Gielen) y el subjetivismo (de un Bernstein, de un Furtwängler).
La versión de Zinman (RCA, 2006) de esta obra es ciertamente satisfactoria, aunque no exenta de rarezas frente a las cuales el director y la orquesta salen más que airosos, revirtiendo cualquier «molde sonoro» al respecto de esta obra de Mahler, una de las más populares de mitad del siglo pasado hasta nuestros días.
Las rarezas tienen que ver sobre todo con el contraste con otras versiones referenciales, como la de George Szell o la de Tennstedt. Varios comentaristas han notado la contraposición entre la frescura inocente de aquellas lecturas frente a ésta de Zinman, en la que esa frescura y liviandad son sólo aparentes y están atravesadas por cierta ironía.
El efecto lo consigue el director haciendo que la Tonhalle no subraye demasiado los coloridos cascabeles o raspe con una sutil frialdad las cuerdas. Al principio, el sonido puede sorprender, pero hay que dejarse llevar por Zinman, quien consigue un primer movimiento de impacto, y así continúa hasta el final. En el Lied de cierre, tras un conmovedor Ruhevoll (un momento inmaculado de la grabación, un verdadero prodigio), la soprano Luba Orgonásová ofrece una interpretación si no memorable sí bien enfocada, gracias a su cálida voz, que otorga una pátina de oscuridad a una canción de triste alegría.


Fischer: otra versión modélica
Vemos en estas versiones finales cómo es el trabajo conjunto y prolongado de directores y orquestas el que «hace la diferencia» en términos interpretativos. Comenzamos el recorrido con la dupla Mengelberg-Concertgebouw, y lo acabamos con Fischer-Budapest. No se parecen las interpretaciones en nada, pero sí esa identificación entre el director y el cuerpo orquestal, debida sin dudas a una estrecha y sostenida relación, sumada al talento y la inteligencia.
Y es que Iván Fischer lleva el mando, desde hace años, de una orquesta creada por él: la del Festival de Budapest. Y aunque no tenga pensado completar un ciclo sinfónico de Mahler, sin embargo ha ofrecido tres muestras magníficas de su arte interpretativa (la Sexta, la Segunda y la Cuarta), y es en esta última (Channel Classics, 2008), una pieza que comparada con las dos anteriores es como una frágil perla tomada entre las manos para Fischer, donde el director consigue llegar a la perfección.
En cierto modo, los enfoques de Fischer y Zinman se parecen en muchos aspectos, y no sólo en los minutajes (son casi idénticos a excepción del último movimiento, que a Fischer le demanda un minuto menos que al estadounidense). Ambos, Iván y David, tienen un respeto reverencial por la partitura, pero a la vez saben entresacar de ellas lo que dicen y lo que no dicen. Uno y otro exploran el detalle. Lo que los distingue, en esta obra, es que Zinman elige, para esta obra nacida como «humoresque», el humor negro, mientras que Fischer mantiene cierta candidez, aunque ésta aparezca agridulce.
Y, en este sentido, es notable el último movimiento, en el que la soprano Miah Persson no se sale de la senda «angelical» del Lied, y se adecua a los cambios de tempi (ora histéricos, ora reposados) sin perder el personaje. Es, sin duda, una de las grandes grabaciones de la obra, a la altura de la de Szell por lo modélica.

La trama celeste
Reposada, frágil, pero también secreta y maliciosa, la Sinfonía Nº 4 de Mahler es una pequeña gema en la creación del compositor, y su recorrido discográfico nos muestra la riqueza contenida en su entramado. Entramado que Szell, por encima de otros, supo recorrer como se recorren los bordes de una seda, para cubrirnos luego con ella, con su tersura.


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1 comentario:

  1. Mil gracias por los excelentes trabajos de todos los publicadores de Oído Fino: sinceramente hacen Uds. un trabajo excepcional.

    Soy sólo un entusiasta con interés de aprender, el blog de Uds. me ha ayudado mucho, sus artículos “discografía esencial” son exactamente lo que pienso nos ayuda a nosotros los aprendices: excelentes.

    Solo tengo una pregunta –o posiblemente sugerencia-: porque los archivos de la música están en formato mp3? Casi todos los reproductores actuales aceptan formatos menos “dañinos” de la información original, no podrían por favor evaluar el utilizar por ejemplo un formato sin perdidas o al menos un formato de codificación menos restrictivo? Por ejemplo si pudieran utilizar AAC HEV2 (genera archivos .m4a) se ganaría mucho en calidad de sonido e inclusive en tener archivos más pequeños.

    De todos modos el punto principal es agradecer: lo que Uds hacen es inmenso, lo otro del formato es para hacerlo un poco mejor… y no les cambia los esquemas de generación de archivos.

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