

Se trate de una sinfonía o de un concierto, lo que está claro es que es poco convencional, no sólo por sus cinco movimientos, sino por los diversos ritmos a que algunos de estos movimientos aluden: el tercero, por ejemplo, un Intermezzo usualmente omitido por algunos concertistas, tiene el carácter de una habanera. A la manera de Brahms, Lalo incorpora temas principales de unos movimientos en otros, dotando de esa manera a la obra de una gran unidad. Su coherencia y belleza, además de la interpretación de Sarasate en el estreno (en 1875), aseguraron su éxito y convirtieron a ésta en la partitura más popular de un compositor dueño de una obra riquísima que tendremos oportunidad de seguir descubriendo.
En este disco, en el que el violín solista está a cargo de Shlomo Mintz, con la Orquesta Filarmónica de Israel dirigida por el gran Zubin Mehta, la Sinfonía española de Lalo es acompañada por otras obras de «inspiración sarasateana». La de Henri Vieuxtemps, por ejemplo, compositor y violinista éste que puede considerarse la versión belga de Sarasate: el Concierto para violín y orquesta Nº 5, de reminiscencias beethovenianas (¡pero a los conciertos para piano!). En cuanto a la Introducción y rondó caprichoso, de Camille Saint-Saëns, se trata a su vez de otra obra dedicada a Sarasate, en el caso éste del autor de la Danza macabra.
Lalo, Vieuxtemps y Saint-Saëns, con Sarasate como inspirador, conforman entonces el jugoso menú de este exquisito disco, grabado en 1988 en la sala Frederic R. Mann de Tel Aviv.
¿Alguien notó la errata en la portada del disco? El nombre de Shlomo Mintz aparece como Solmo Mintz.
ResponderEliminarEste disco lo ha editado Brilliant en serie barata, lo he visto hoy en Alicante a la venta por menos de 4 euros. Saludos.
ResponderEliminarNo encuentro los enlaces de descarga del álbum.
ResponderEliminar