miércoles, 30 de junio de 2010

Janácek - Sinfonietta - Mackerras



Leos Janácek (1854-1928) concluye la composición de su Sinfonietta en 1926 y representa ésta un intento por conciliar el espíritu avant-garde de la época con el más puro sinfonismo danubiano.
Motivada por el establecimiento como República Independiente de Chequia y la transformación en Ciudad Cosmopolita de la antigua Villa de Brno, lugar de nacimiento del compositor, la obra consigue amalgamar la solemnidad del goticismo (propio de la franja Bohemia que se expresa en la sonoridad de las fanfarrias que la inauguran y la concluyen) con un extraño retorno al primitivismo, más la innegable influencia del impresionismo francés; cosas que le otorgan una identidad propia y un auténtico compromiso para con la música del porvenir no obstante estar conceptualizada desde la más absoluta tonalidad.
En su estreno mundial en Praga, el 26 de junio de 1926, la crítica la acogió entusiasta y Otto Klemperer, quien habría de estrenarla el año siguiente en Amsterdam, Nueva York, Berlín, Viena y Londres, la describió como «un trabajo apasionado y temperamental; rico en ritmos nuevos y con una brillante exposición temática en donde las ideas confluyen de manera lógica y natural». El propio Janácek la tenía en la más alta de sus estimas y se expresaba de ella en términos de «una pequeña sinfonía militar en donde conviven por igual las trompetas de la victoria, con la tranquilidad de un monasterio, más las sombras nocturnas de los bosques de Bohemia».
Iniciado por una solemne fanfarria que evoca la música patriótica de la Sociedad Gimnástica Sokol de Pisek (sur de Bohemia), el primer movimiento está motivado por la admiración que Janácek manifestaba por el presidente Thomas Masaryk y sus ideales filosóficos y humanistas.
A continuación, un andante de un volátil y misterioso comienzo hace su aparición, para dar paso a un allegretto de corte rítmico primitivista con continuas alusiones a melodías marciales.
El tercer movimiento, moderato, se trata en realidad de una «hajej, nynej», es decir, de una melodía propia de los campos de Moravia, que inicia como una de canción de cuna para transformarse en una especie de arrullo militar.
En sus primeros acordes, dibujados por las cuerdas, se percibe el cantabile «husni, husni, didatko haejdlo, boucedlo...» («duerme, duerme... pequeño que sueña con la grandeza...»), basado en un antiguo lullaby bratislavo, y que Janácek desarrollaría mediante elementos que asimilan el barroco tardío de Jakub Ryba confiado a los metales, con la estructura impresionista del Ravel orquestador de Cuadros de una exposición. El resultado: un estupendo movimiento intermedio que sirve de enlace a un pequeño allegretto salpicado de aires verbunkos y, por último, a un Andante de corte bucólico que poco a poco se metaliza para finalizar con un postludio que hace nueva referencia a las fanfarrias con que se inaugura la obra, lo cual le otorga un carácter paramétrico y que de alguna manera le emparenta con la forma arco de Bartók. ¿Coincidencia? De ninguna manera. Hay que recordar que en sus respectivas juventudes, tanto Bartók como Janácek se interesaron en la obra de un misterioso y místico músico danubiano de nombre Bernard Artophaeus que al final del siglo XVII e inicios del XVIII experimentó con las proporciones áureas en música así como con este peculiar estilo.
Algo más... Al inicio de este pequeño artículo apuntamos que la Sinfonietta estaba marcada por un extraño retorno a lo primitivo. ¿Por qué «extraño»? Regularmente se cree que en esta obra, lo mismo que en la Sinfonía Danubio o en el concierto para violín Peregrinaje de un amor, Janácek emprende un retorno al primitivismo rítmico siguiendo los pasos del Stravinsky que basa en los estilos de la música de la Rusia profana su ballet La consagración de la primavera. Incluso no falta quien suponga haber encontrado elementos «estilísticamente rusos» a lo largo de la obra correspondiente a su último período creativo.
Pero esto de ninguna manera es así. El primitivismo de Janácek está remitido a la música de su antecesor bohemio Antonin Dvorák y más concisamente a los ritmos de las tribus americanas a los que hace referencia la sinfonía Del Nuevo Mundo, sobre todo en sus espléndidos y sobrecogedores movimientos centrales.
Leos Janácek

Es decir, algo que frecuentemente la historia musical pasa por alto es que, más allá de su genialidad o de su forma sinfónica eminentemente romántica europea, la Sinfonía Nº 9 está imbuida de una serie de canciones propias de las tribus de América del Norte recopiladas bajo el nombre de La canción de Hiawatta y que Dvorák seguramente escuchó en alguna visita a las reservaciones Indias de la zona estadounidense de Columbia, limítrofe con Canadá. Como era natural, la asimilación de estos ritmos con los propios de la zona bohemia configuraron un peculiar mosaico sinfónico que, aprovechados por Janácek, dotaron a su música de un particular estilo, brillante y arcaico a la vez, con continuas referencias a formas prototípicas de la americana precolombina y que habríamos de nuevo de encontrar de manera natural en la obra de compositores nacionalistas «del Nuevo Mundo» como Carlos Chávez, Silvestre Revueltas y Candelario Huizar, no obstante que estos últimos basaron su música en los ritmos propios de la zona mesoamericana.
Así pues, la Sinfonietta de Leos Janácek es una pequeña pero extraordinaria obra que, tal vez de una manera involuntaria, resulta completamente familiar a oídos americanos y que asimismo sintetiza el encuentro de dos mundos y en donde todo está presente: arrullo, marcialidad, nacionalismo, primitivismo y el impresionismo entonces de vanguardia. Una obra que vale la pena conocer y que a continuación ofrecemos a ustedes interpretada por la Pro Arte Orchestra, bajo la dirección de Charles Mackerras. Esperando tengan una grata experiencia, deseamos una feliz escucha.

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El disco se completa con Cuatro preludios (El asunto Makropulos, Katya Kabanova, Desde el Hogar de los Muertos y Jealousy) del propio Janácek, y por Polka y fuga de Weinberger, y la obertura de La novia vendida, de Smetana, por los mismo intérpretes.

7 comentarios:

  1. Esta fue la primera versión de la Sinfonietta grabada por Mackerras y sigue siendo la mejor de todas.
    ¡Gracias!

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  2. Francisco Bañuelos2 de julio de 2010, 17:43

    Excelente entrada!!! Este tipo de informacion no aparece en ninguna enciclopedia, en especial lo relacionado con la cancion de arrullo bohemia a la que se hace referencia. Se nota que la escriba conoce el folclore de la zona.
    Saludos.

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  3. R.UNIDO-MÚSICA - Fallece el director de orquesta australiano Charles Mackerras





    Londres, 15 jul (EFE).- El director de orquesta australiano Charles Mackerras ha fallecido en Londres a los 84 años víctima de un cáncer, se informó hoy. Mackerras, que nació en Nueva York en 1925 de padres australianos, se educó en Australia y residía en la capital británica, debía dirigir dos de los conciertos BBC Proms de la temporada que comienza mañana.

    El director de los Proms, Roger Wright, rindió hoy tributo al músico desaparecido del que dijo que era “un gran director y su pérdida será lamentada profundamente tanto por los músicos como por el público”.

    El director gerente de la Sinfónica de Sydney, Rory Jeffes, dijo que “Australia ha perdido a un tesoro vivo” con la muerte de Sir Charles Mackerras. Mientras, su agente, Robert Rattrey, declaró a la BBC que el director desaparecido era “un gigante” de la música clásica que supo hasta el final inspirar a otros colegas y músicos. “Sus conocimientos y su entusiasmo eran algo que él podía comunicar no sólo a los músicos de las orquestas que dirigía sino también a las figuras más eminentes del mundo de la música clásica”, agregó Rattrey.

    Mackerras, que estudió música en el conservatorio de New South Wales (Australia) y continuó sus estudios en Praga, fue entre 1948 y 1977 director musical y artístico del teatro Sadler’s Wells, en Londres, y director principal de la BBC Concert Orchestra. Experto en la obra del compositor checo Leos Janacek, fue también

    director principal de la Sinfónica de Sydney y dirigió el concierto inaugural de la ópera de esa ciudad australiana en 1973.

    También fue director de la Ópera Nacional de Gales y presidente honorario de la Sociedad del Festival Internacional de Edimburgo, en el que debutó en 1952 y en el que dirigió numerosos conciertos a lo largo de los años. Hace cuatro años celebró sus 55 años con el festival de la capital escocesa dirigiendo las nueve sinfonías de Beethoven y próximamente debía dirigir también a la Orquesta de Cámara Escocesa.

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  4. Hola el archivo tiene un error en el track 10 parte 2

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  5. Excelente articulo y preciosa autora. Saludos desde Amsterdam.

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  6. excelente el articulo muy interesante. Preciosa la autora por lo demás. Saludos desde Holanda.

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  7. excelente el articulo muy interesante. Preciosa la autora por lo demás. Saludos desde Holanda.

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