Elsa y Lohengrin, en una pintura alemana sin atribución, realizada a mediados del siglo XIX. |
En el cuento de hadas que es Lohengrin, cuento que cautivó al romántico rey Luis II de Baviera, confluyen varias antiguas leyendas germánicas y se sienta un precedente para casi toda la temática de la posterior producción de Richard Wagner. Así, la antagonista de Elsa, la bruja Ortrud, invoca a los dioses paganos Wotan y Freia, elementos claves en la trama de la saga de El Anillo del Nibelungo. Lohengrin, el héroe de la ópera que ahora nos acontece, es hijo de Parsifal, protagonista del «Sacro Festival Escénico» que completa la obra del compositor y estrenada en el propio Festspielhaus de Bayreuth treinta y dos años más tarde de la premier de Lohengrin (cuyo estreno se produjo el 28/8/1850, en Weimar, Großherzogliches Hoftheater).
Como siempre, en Wagner, asistimos aquí a un amor a primer golpe de vista, aunque en este caso presentido. Elsa de Brabante es víctima de las maquinaciones de Telramund y su esposa Ortrud para arrebatarle la herencia del ducado de Brabante, ya que ha desparecido el duque-niño Gottfried, hermano de Elsa. Acusada ante el rey Enrique, ha de verse sometida al «Juicio de Dios» por el que ha de elegir a un caballero que la defienda frente a Telramund, dependiendo de la victoria la inocencia o culpabilidad de Elsa. Ella invoca a un caballero que ha venido apareciendo en sus sueños y lo describe en su recitativo «Sola, en los días oscuros...».
Birgit Nilsson, Elsa, Einsam in trüben Tagen.
En el momento del combate aparece un caballero revestido con brillante armadura, surcando las aguas del río Escalda, en una barca guiada por un blanco cisne. No hace falta decir que no sólo el caballero vence a Telramund, y además le perdona la vida, sino que de manera súbita cae rendido de amor por la bella y casta Elsa, que le corresponde aceptando ser su esposa. El caballero consiente pero con una condición: Elsa no ha de preguntarle nunca por su nombre. Ella acepta y se preparan los esponsales.
Ya suena la marcha nupcial, pero los malos, encabezados por Ortrud, piden al rey que anule el «Juicio de Dios», ya que el caballero vencedor no se había identificado previamente. Tras las trifulcas de rigor en este tipo de dramas, y después de la victoria del caballero sobre los malvados, Elsa ya no puede más y hace la pregunta fatídica. El caballero la lleva a la presencia del rey para decir que él es Lohengrin, el hijo del rey Parsifal, que ha venido a auxiliar a Elsa, pero que su puesto está en las lejanas tierras de Montsalvat cuidando el Santo Grial. Llama de nuevo a su amado cisne para continuar el viaje, apenándose por no poder permanecer más tiempo con su amada.
Wolfgang Windgassen, Lohengrin, Mein lieber Schwan!.
Cuando se dispone a partir, Ortrud devela que en realidad el cisne no es otro que Gottfried al que había hechizado. Lohengrin consigue que vuelva a su figura humana y el rey lo proclama duque de Brabante. Ante la multitud apenada, Lohengrin parte y Elsa, abatida de profundo dolor, muere.
Nilsson y Widgasen
Birgit Nilsson. |
De entre todas las grandes sopranos que han interpretado el papel de Elsa de Brabante hemos traído hasta aquí a Birgit Nilsson (Västra Karup, 1918 - Bjärlöv, 2005), muy posiblemente la mejor soprano wagneriana de posguerra, considerada por la mayoría de la crítica la sucesora de Kirsten Flagstad.
Nació en una granja de Västra Karup (Suecia), y fue bautizada como Birgit Märta Nilsson. Cantó en el coro de la iglesia, y estudió canto con Ragnar Blennow en Båstad, y con Joseph Hislop y Arne Sunnegard en la Academia Real de Música de Estocolmo. Debutó en la Ópera Real de Estocolmo, en 1946, como la Ágata de El cazador furtivo de Weber. En 1947 triunfó como la Lady Macbeth en el Macbeth de Verdi.
Su primera actuación internacional de relieve la hizo en el Festival de Glyndebourne de 1951, cantando la Electra en el Idomeneode Mozart bajo la batura del legendario Fritz Busch. Cantó por primera vez en América como Isolda, en 1956, en la Ópera de San Francisco, y más tarde, en 1959, triunfó en el mismo papel en el Metropolitan. Ese mismo año, comenzó a cantar en Bayreuth como nuestra Elsa, participando asiduamente hasta 1970. Y también triunfó en los más prestigiosos teatros de todo el mundo: Buenos Aires, Chicago, Hamburgo, París, Tokio, Viena.
Birgit Nilsson, Elsa y Astrid Varnay, Ortrud en Euch Lüften, die mein Klagen.
Además de sobresalir en Elsa también triunfó como Brunilda, Elizabeth, Isolda y Venus en Wagner; también fue muy aclamada como Leonora en el Fidelio de Beethoven; Aida y Amelia de Un ballo in maschera, ambas de Verdi; Minnie de La fanciulla del West, Tosca y Turandot de Puccini; Ariadne, Elektra, La Mariscala y Salomé, en Strauss; etc.
Wolfgang Windgassen. |
Y como Lohengrin hemos escogido a Wolfgang Windgassen (Annemasse, 1914 - Stuttgart, 1974). Nació en el seno de una familia musical, su padre, Fritz Windgassen, era tenor, y su madre, Vali von der Osten, soprano. Inició sus estudios de canto en la Musikhochschule de Stuttgart. En 1939 debutó como el Pinkerton de Madama Butterfly de Puccini en Pforzheim.
Desde que en 1951 participara por primera vez en el Festival de Bayreuth comenzó a dejar su huella de manera indeleble, tanto en la opera wagneriana en general como en la historia del Festival en particular.
Poseía una imponente voz de tenor dramático o «heroico» (heldentenor). Y además de sobresaliente cantante era un destacado actor, teniendo una especial habilidad para construcción de sólidos arquetipos, a los que luego daba vida magistralmente, atesorando así las exigentes cualidades que Wagner pidiera a sus protagonistas.
Encarnó de manera ejemplar a Lohengrin, Sigfrido, Tannhäuser, Tristán, etc. Su Lohengrin en Bayreuth, de 1953, con Joseph Keilberth en el podio, que ya dejamos aquí el año pasado, es apreciado como el más completo de la historia de la fonografía por muchos especialistas en Wagner. Y volverá a ser nuestro Lohengrin de hoy.
Wolfgang Windgassen en In fernem Land.
Considerado como el sustituto de Lauritz Melchior en «La sagrada colina verde», alternó con tenores de la categoría de Bernd Aldenhoff, Hans Hopf, Jon Vickers, Max Lorenz, Ramón Vinay, Rudolf Lustig, etc. También es muy recordado por su participación en la versión discográfica de El anillo del nibelungo de Georg Solti.
Por radio
Hoy viernes, 27 de julio de 2012, Radio Clásica de Radio Nacional de España, va a tener el buen gusto de ofrecernos la retransmisión, en directo desde el Teatro del Festival de Bayreuth, a partir de las 15.57 de Madrid (14:57 GMT), de Lohengrin.
Nuestra ofrenda wagneriana de hoy
Rudolf Kempe desplegó en esta versión toda su sabiduría en el arte de la dirección, sabiendo combinar de forma magistral las sutilezas del misticismo alado con las mezquinas maquinaciones de los seres («¡la condición humana es terrible!», que diría un amigo nuestro) que rodean al caballero del Grial. Thomas como Lohengrin combina el ardor y la angustia, y Grümmer en Elsa es la duda encarnada, mientras Ludwig como Ortrud y Fischer-Dieskau en Telramund bordan, con sutil ironía, sus intrigas, y Frick es un majestuoso rey. Los Coros de la Ópera del Estado de Viena y la Filarmónica de Viena arropan con sonido de seda toda la historia. Desde los primeros compases de la obra la historia nos atrapa por completo, Kempe sabe trascender para dejarnos hipnotizados de principio a fin.
¡Salud, paz, sonrisas, cordiales saludos y a disfrutar…!
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