De virtuoso a virtuoso
El legendario violinista judío Jascha Heifetz (1901-1987) no sólo destacó por su estilo hipervirtuosístico, si cabe el término. Heifetz es, también, una de las figuras de la música más admiradas por otro talento del violín, el ruso Sergej Krylov, quien visitó la Argentina a mediados de los años ’90 ofreciendo recitales memorables, siempre acompañado por la pianista italiana Stefania Mormone.
La pasión de Krylov (a quien tuve la suerte no sólo de oír en tres o cuatro conciertos, sino también de conocer y de entrevistar) por Heifetz lo llevó a grabar en 1997 un disco con las más famosas transcripciones para violín del músico. Obras de lo más variadas, desde preludios de Gershwin a fragmentos de óperas de Prokofiev, pasando por Bach, Castelnuovo-Tedesco, Brahms, Debussy y Albéniz integran este disco con versiones para violín y piano, en las que ciertamente Krylov da prueba de su magnífica técnica y de un carácter un poco más viril, quizá, que el de Heifetz. Aunque siempre se nota que es Jascha el faro que lo ilumina. Junto, claro está, al inevitable Paganini.
Este disco es un buen catálogo de propinas para violinistas virtuosos.
ResponderEliminarCreo que la mayor parte de los grandes instrumentistas (Casals, Milstein, Oistrakh, Rubinstein...) siempre han sido grandes arreglistas y transcriptores, lo que prueba que eran grandes músicos.
Gracias por el regalito Fernando.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos.
Elgatosierra